miércoles, 27 de enero de 2010

desorden

Terremoto
tú y yo
de tormenta
y espasmo
Catastrófico
fin
    desolado
bosquejo.

Ruindad
para siempre
en la Boca
del Lobo.
En el fin
destruido
y los restos
migados.

Por tu mesa
y la mía...
el papel
destrozado

Y mi estigma
latente
con tu incierto
descuido

Arrasado
          el lugar
donde
estábamos
    Vivos.

martes, 26 de enero de 2010

la mañana

Sobresalto

cuando abro
la puerta
y me está
aturdiendo
el sonido
         (que estaba ya
     abierta)
me topo
a oscuras
de pronto
            -sin luz-
yo
contigo

¿Y por qué
estás
a oscuras?

Adentro
          -Tinieblas...-
aquí y allá

Como
entonces
conmigo
              -¿Qué es lo que me has hecho?

Pero acallo
ese ruido
me azuza
y me obligo,
el Olvido
      la Sombra
                  la Luz
que
    te imploro

que ya ha roto
el recuerdo
como tú
mi esperanza.

miércoles, 20 de enero de 2010

el cielo abierto

Ser consciente.
Saber que
no hay nadie dentro,
que no se abrirá,
y seguir
aporreando
la puerta.

Comprender
que es inevitable,
echarse a dormir
aunque no quede ya
en el techo,                   
ni una -sola- estrella.

domingo, 17 de enero de 2010

señales con el corazón

Lo siento
no sé qué
más, yo sé-
pedir perdón
sentirlo, ya no basta
dejar de sentir
dejar de estar
en aquel error

Seguir viviendo
en el perpetuo
equívoco…
Lo siento
perdóname
lo siento –de verdad,
yo te lo pido
¿Qué más puedo decir?

Lo siento si
mi corazón
vio cosas
aquellas cosas
que distorsionaba
A través de
ese trasluz
de su loca sinrazón
adorándote
desenfrenadamente

Lo siento
perdóname
y yo sé
que no
basta
y no por ti

Es lo mismo
si bastara
a mi corazón
no le sirve
sólo arrepentirse.
Latía cegado y
retuvo toda
la fe (apilándola en solo un montoncito)
y nunca
en realidad
creyó que
fuese posible,
que hundido
entre unas manos,
así de hermosas
fuese tan
grande e
insondable
el temblor
que desprendíamos

Aquello que
mi corazón
contemplaba
pero que
quizás equivocó.

domingo, 10 de enero de 2010

duelo

Dolor,
déjame dolerme
aún un rato más
y no me
midas cuánto
déjame que
agonice todavía
tanto
cuanto yo
quiera retenerte
el penar que
entienda necesario
tanto…
Doliéndome
aún
esta miseria mía.

martes, 5 de enero de 2010

Perdita - (the look / la mirada)

Estuve absorta
ensimismada mirando
a través de ese cristal
durante siglos

La conversación
se hiló y
deshilvanó
múltiples veces

Y mi mirada,
junto a mi espíritu
flotaban hacia fuera
-¡no puedo acompañar a vuestras voces...!-

No consigo enhebrar
sin más, como si nada
incorporarme a vuestra
cálida charla

No sabría permitir
que mi pecho no
volase, que mi mirar
no se extravíe

Si es que desea
volverse perdida
mirada vacía
pendiendo de un sueño

Descolgarla y malograr
el vaho. No me atrevería
a impedirlo. Mi respiración
despega con ella…

Ninguna está ya aquí,
llueve estrepitosamente
y la ribera del río se
desmorona desbordada.

Asiento. Ya… Sí… Ajá…
sin prestar mucha atención
melancólicamente,
                       más allá.

domingo, 3 de enero de 2010

cosas a las que una se acostumbra

Como a un
brasero cálido
-qué amorosa
sensación-

Al tic-tac
de un reloj
que te
adormece cadencioso…

El pecho
frotándose
bocabajo
contra el colchón –cima del mundo-

Las horas muertas
balanceándose
en tus ojos:
oscurísima interrogación

La plenitud
del paso de la vibrante
respiración
dándote aliento.

La voz, esa voz
-unos nombres- que
dicen ¡alegría! incomparable
emoción -timbre- canción.

El olor de una piel
piel herida,
reorientándose –a través de otra-
sin compasión, sin freno, sin hartura.

La belleza, el
rumor de la vida
frágil y maleable
tan azarosa como una nevada.