sábado, 25 de diciembre de 2010

Dame la Palabra

-¡Dame la Palabra!
Yo te exhorto
en esta
sobreabundancia
de sonido…

En esta
pausa mía
fría, distante
desafiando
-intimidando si
pudiera, incluso-

a tu conforme
silencio.

En este
instante
inhóspito
increpándote
que me devuelvas
que me des
un bien escaso.
Un bien,
mi bien.
Valioso y
tan preciado.

Dámela y
después
abandóname
si quieres.

Niégame lo
que se te antoje:
la Verdad,
tu ayuda,
la misericordia…
retírame los ojos
y la saliva de tu boca.

Pero no,
eso nunca.
eso No…

Te lo estoy
rogando
a las puertas
del colapso,
del impulso
criminal
contra mi inercia…
Te apelo,
con el mundo
-o con la muerte-
entre las uñas,
amado mío, a ti
te imploro:

Dámela.
Dame la palabra

(Devuélveme
la esperanza.)

sábado, 4 de diciembre de 2010

Tu Calle

Qué miedo
me da tu calle.
tu casa,
que no conozco.
El portal
del que no
estoy segura
Y el piso
que yo me invento.
Para ir
a buscar
a buscarte
a buscar algo
que fue importante
que no es
ya más que
un buen libro.

Qué miedo me da pararme.
-qué miedo me da tu calle-