Querido amigo:
Llevo tanto tiempo
sosteniendo este secreto
digo sosteniendo
y, la verdad,
quiero decir
amordazando
pensé que era
el mejor obsequio
este apresarlo con cautela
este hecho de ponerle
al compañero siempre leal
de mi corazón
una correa
este amputar de mi pecho
los esquejes y capullos
- que no brotasen tiernos
y libertos -
que no manase agua rediviva
para inundar así,
de flores, este pecho
No te haces una idea
de cómo circula una ráfaga
de aire luminoso,
presuroso,
inmarcesible
cuando he decidido
poner toda la cálida palma
en el mismo centro
de su húmeda abertura
y exponerlo, amplio,
al descubierto
No te haces una idea
No todavía
Tal vez tú no conozcas
lo pesado del regalo
y lo ligero de la entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario