jueves, 17 de diciembre de 2009

foco de pupila -vagamente desencontrada-

Y después
de haberme
derramado
el cielo
en los
oídos
habré de
alicatarme
los pies
a los puños y
ambos al
suelo
para no
perder
el rumbo
y la discontinua
estable como
un horizonte

-Avistando la mar-

en mi cabeza

¿Dónde se
encontraría
el final de
esa sutil
clave de Sol
rodando
cuesta abajo
desde
lo alto
de tu mirada?

Hendida en mi
inquebrantable
desequilibrada
esperanza
como un
recién nacido.

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